Injertos y portainjertos en sandía
Autor
Fecha
2015Cita bibliográfica
Miguel, A. (2015). Injertos y portainjertos en sandía. En: Gázquez Garrido, J. C. (Coord.). Técnicas de cultivo y comercialización de la sandía, 75-98. Cajamar Caja Rural, Serie Agricultura.Resumen
El injerto en la sandía en España es, desde hace más de 20 años, una práctica habitual. Se impuso, porque era competitivo, cuando el bromuro de metilo era un desinfectante de suelo autorizado. El injerto es verdaderamente eficaz para el control de las enfermedades de suelo que afectan a la sandía: la fusariosis (Fusarium oxysporum f. sp. niveum), el colapso por destrucción del sistema radicular producida por Monosporascus cannonballus y el virus del cribado del melón (Melon Necrotic Spot Virus), entre otros de menor importancia. Además, contribuye a la reducción de inóculo de la enfermedad en el suelo. El injerto, como técnica no contaminante para el producto final ni para el medioambiente (es «eco» y es «bio») y no peligrosa en su manejo, se ha extendido en numerosos países como alternativa al empleo del bromuro de metilo. El injerto en la sandía aumenta sustancialmente el vigor de la planta, lo cual repercute muy favorablemente en el coste de esta práctica. La mayor parte del importe de la planta injertada corresponde a mano de obra y ciertamente el injerto es una parte sustancial de la industria de producción de planta hortícola.