El cultivo del caqui en la Ribera del Xúquer
Date
2012Cita bibliográfica
Orobal, D., Vicent, A. & Insa, V. (2012). El cultivo del caqui en la Ribera del Xúquer. Phytoma España, 241, 38-41.Abstract
Las primeras plantaciones comerciales de caqui se sitúan en los años 70. Desde entonces el cultivo ha ido creciendo a un ritmo lento, hasta que
a mediados de los años noventa se consigue eliminar la astringencia del fruto mediante la aplicación de técnicas de postcosecha, mejorando
de esta manera considerablemente las posibilidades comerciales de este cultivo. El caqui hasta ese momento se consume exclusivamente
como -classic-, es decir, que la recolección se retrasa y se acerca a la madurez fisiológica, para consumirlo con la pulpa blanda y evitar la
astringencia que presenta el fruto con la pulpa consistente en las variedades cultivadas en ese momento.
La aplicación de las técnicas postcosecha modifica la forma de consumir el producto y permite recolectarlo con la pulpa consistente, alejando
la madurez comercial de la madurez fisiológica y alargando la vida comercial del fruto. Esta mejora supone el punto de inflexión que aporta
valor añadido al cultivo.
A todo esto hay que añadir que, mientras el cultivo ha sido minoritario en la zona prácticamente no ha presentado problemas fitosanitarios
y, la facilidad de manejo por su gran rusticidad y adaptabilidad ha permitido su expansión. Esta facilidad de cultivo, unos costos bajos,
rendimientos elevados y la obtención de buenos precios para este cultivo, y malos para la mayoría de los restantes cultivos de la zona, ha
hecho muy atractivo el cultivo del caqui para los agricultores.
De las 2.000 hectáreas iniciales cultivadas en España se ha pasado a cultivar en el año 2011 unas 9.000 hectáreas, y la perspectiva es de
continuo crecimiento. Este importante aumento de la superficie cultivada ha empezado a provocar la aparición de problemas de todo tipo;
plagas, enfermedades, manejo del riego, fertilización, etc., originando un importante incremento de los costos de producción.
Debido a que el cultivo del caqui está muy localizado y es minoritario, dispone de muy pocos productos fitosanitarios autorizados. Es difícil
que las casas comerciales abran líneas de investigación para el uso de productos en este cultivo debido al elevado coste que ello les supone
y la limitada rentabilidad que posteriormente pueden obtener. En las últimas campañas se están autorizando algunas materias activas de
forma excepcional y con unas condiciones de uso muy restrictivas.