El abonado nitrogenado de los cultivos hortícolas
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2001Cita bibliográfica
Ramos, C. (2001). El abonado nitrogenado de los cultivos hortícolas. Vida rural, 121, 46-48.Abstract
EI nitrógeno es uno de los principales nutrientes que determinan la producción de los cultivos. Su deficiencia disminuye la producción, pero un
exceso puede resultar perjudicial para las personas y el medio ambiente. Esto se debe a que el nitrato, uno de los compuestos de nitrógeno del suelo más importantes para la nutrición de las plantas, es muy soluble y, en el suelo, es arrastrado por el agua que
percola (este arrastre se denomina lixiviación)
y puede Ilegar a contaminar los acuíferos. Así pues, existe el dilema de que el aporte de nitrógeno al suelo mediante el abonado tiene que ser suficiente para no limitar la producción y, al mismo tiempo, no ser excesivo para no aumentar las posibilidades de contaminación de las aguas subterráneas por nitrato. EI nitrato en las aguas subterráneas es perjudicial a
concentraciones superiores 50 mg/I, que es
el límite máximo permitido para el agua potable
según la legislación sanitaria. En las aguas
superficiales el nitrato favorece el crecimiento
de algas lo cual es un inconveniente en muchos
casos. A los cultivos hortícolas se aplican, en general, cantidades elevadas de N, tanto con los
fertilizantes como con los estiércoles. Esto, unido a la baja eficiencia de utilización del nitrógeno
por estos cultivos, hace que presenten un potencial elevado de contaminación de las aguas subterráneas por nitrato. Además de esta contaminación, otro inconveniente del exceso de abonado es que puede elevar el contenido de nitrato de la parte comestible de las hortalizas (sobre todo de las que se con sumen las hojas) hasta niveles que superen los límites recomendables para el consumo humano. Un abonado nitrogenado adecuado es, junto a un buen manejo del riego, una de las opciones más efectivas que el agricultor tiene
para disminuir la contaminación de las aguas
por nitrato sin poner en riesgo la producción y
calidad de la cosecha. La importancia de un buen manejo del riego se debe a que el transporte del nitrato hacia los acuíferos se efectúa con el agua que fluye hacia abajo en el suelo; así pues, cuanto más se ajusta el riego a las necesidades de agua del cultivo menos percolación profunda se produce y, por tanto, menor es el transporte de nitrato hacia los acuíferos.