Panorama varietal de nuestra olivicultura
Date
2002Abstract
Aunque el olivo de la Comunidad Valenciana solo representa el 5% de su
superficie cultivada en España, posee una gran riqueza varietal, proporcionalmente por
encima de otras regiones en las que tiene una implantación notablemente mayor.
Sin duda, esta gran diversidad ha sido consecuencia de la forma de expansión
del cultivo. La selección, domesticación y posterior propagación vegetativa por parte
del agricultor, de aquellos acebuches más idóneos para las exigencias agronómicas de
cada época, condujo a la obtención de las primeras variedades cultivadas. Si bien en este
camino también pueden haberse originado algunas variedades por el cruce entre
cultivares conocidos y olivos silvestres.
La reproducción mediante injerto, tan común en nuestras tierras, utilizando
como patrón en muchas ocasiones acebuches procedentes de semilla, ha propiciado aun
más la aparición de nuevas variedades. La falta de prendimiento o desaparición del
injerto, daba lugar a que en una plantación regular apareciesen árboles singulares,
algunos de los cuales dieron origen a nuevas variedades que han llegado hasta nuestros
días.
La diversificación varietal se producía en un mundo rural mal comunicado, que
propició, salvo excepciones, el localismo de la mayoría de cultivares y como
consecuencia que las variedades de hoy día se ciñan a zonas geográficas concretas,
diluyendo su importancia al alejarnos de estas comarcas. Esto ha dado pie al escaso
conocimiento que se tiene de un gran número de variedades, salvo aquellas que por
especiales circunstancias han conseguido una mayor difusión.
Muchas de las variedades cultivadas en la actualidad, posiblemente ya se
cultivaban desde hace cientos de años, perdiéndose sus orígenes en los tiempos. Por otra
parte, los movimientos de la población agraria han facilitado el trasiego varietal entre
zonas muy alejadas, habiéndose perdido o deformado el nombre original de la variedad.
Todo esto ha originado una gran abundancia de nombres para designar a una
misma variedad, que dificulta el reconocimiento y clasificación varietal. Algunas
variedades son conocidas por diferentes nombres en distintas localidades,
produciéndose el fenómeno de la sinonimia. Por otro lado una misma denominación
puede indicar variedades distintas según la zona, dando lugar a las homonimias.
También han surgido como consecuencia de este proceso, las denominaciones
incorrectas, que pueden llegar a convertirse en sinonimias si son comúnmente aceptadas
en una comarca o localidad olivarera.
Los trabajos de prospección e identificación varietal han clarificado en gran
manera, el número de variedades cultivadas en España, estableciendo los diversos
nombres y sinónimos con que se conoce a una misma variedad, según su zona de
cultivo.