Análisis de riesgos
Author
Vicent, AntonioDate
2017Cita bibliográfica
Vicent, A. (2017). Análisis de riesgos. En: Landa, B. (Ed.) Enfermedades causadas por la bacteria Xylella fastidiosa. Capítulo 6, pp 117-134. Cajamar Caja Rural: Almeria, EspañaAbstract
El glosario de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria
(CIPF) define el término introducción como la entrada de un patógeno en
una zona que resulta en su establecimiento. A su vez, la entrada se define
como el movimiento de un patógeno hacia el interior de un área donde todavía
no está presente, o si está presente, no está ampliamente distribuido y
se encuentra bajo control oficial. El establecimiento del patógeno implica su
perpetuación, para el futuro previsible, dentro del área después de su entrada.
Una vez completada la introducción (entrada + establecimiento), el patógeno
pasaría a la fase de dispersión, que supone la expansión de su distribución
geográfica dentro del área (CIPF, 2017).
Un patógeno se considera cuarentenario cuando es capaz de completar
todas estas fases (introducción + dispersión) y causar un daño económico
importante en el área para la cual se realiza el análisis de riesgos (CIPF, 2017).
Un concepto importante a tener en cuenta es que la CIPF y la legislación
fitosanitaria en general, lo que regulan es el patógeno en sí mismo, no la enfermedad
que causa, que precisa de la concurrencia de condiciones ambientales
favorables y hospedantes susceptibles. En el análisis de riesgos, estos dos factores,
condiciones ambientales y hospedantes, se analizan como determinantes
del establecimiento, dispersión e impacto del patógeno.
Analizar el riesgo que supone para una región la introducción y dispersión
de un organismo fitopatógeno es siempre una tarea complicada. Desde el
punto de vista científico, aunque los procedimientos analíticos y las bases de
datos han mejorado notablemente, hoy por hoy sigue siendo difícil predecir
el comportamiento de los patógenos tras su entrada en una nueva zona. La
CIPF publicó en 1995 la Norma Internacional para Medidas Fitosanitarias
(NIMF) n.º 2, donde se establecía el marco para el análisis de riesgo de plagas (patógenos) (CIPF, 1995). Posteriormente se publicó la NIMF n.º 11, que
incluye un protocolo detallado para la realización de análisis de riesgos para
patógenos cuarentenarios (CIPF, 2001). Por otra parte, la Organización Europea
y Mediterránea para la Protección de las Plantas (EPPO) ha desarrollado
también un protocolo que recoge diversas normativas publicadas por esta misma
organización desde 1993 y que sigue los criterios establecidos por la CIPF
(EPPO, 2000). Actualmente, este protocolo está implementado en el sistema
informático CAPRA (Computer Assisted Pest Risk Analysis), desarrollado en el
marco del proyecto europeo PRATIQUE. La Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria (EFSA) dispone también de su propio protocolo, basado en
los citados anteriormente, y que es el procedimiento estándar de la Comisión
Europea en sus análisis de riesgos de organismos nocivos para los vegetales
(EFSA PLH Panel, 2010).
En la primera fase de estos protocolos se describen los datos relativos al
patógeno, el cultivo y la zona geográfica objeto del estudio. En la segunda
fase se realiza un análisis de riesgos, donde se valoran las vías potenciales de
entrada, las posibilidades de establecimiento y dispersión, así como el impacto
resultante. Este análisis puede realizarse tanto de forma cualitativa, respondiendo
a cuestionarios con respuestas si/no, como cuantitativa, empleando
por ejemplo escalas ordinales. La EFSA publicó en 2015 un análisis de riesgos
muy detallado sobre Xylella fastidiosa (EFSA PLH Panel, 2015), que seguiremos
como referencia en el presente capítulo.