El tamaño del fruto en los cítricos
Author
Agustí, Manuel; Mesejo, Carlos; Reig, Carmina; Martínez-Fuentes, Amparo; Zaragoza, Salvador; Primo-Millo, EduardoDate
2020Cita bibliográfica
Agustí, M., Mesejo, C., Reig, C., Martínez-Fuentes, A., Zaragoza, S. & Primo-Millo E. (2020). El tamaño del fruto en los cítricos. Levante Agrícola, 451, 57-67Abstract
En los cítricos, el tamaño del fruto
es un factor de calidad y está
legalmente regulado. Las Normas
de Calidad que rigen para estos
frutos están legisladas por Orden
Ministerial desde 1981 (BOE 238,
de 5 de octubre de 1981), ampliada
posteriormente en disposiciones
complementarias (BOE 175, de 23
de julio de 1984), todo ello para
regular su comercio exterior. En
ellas se establece desde la forma
de los frutos hasta su coloración,
contenido en zumo, defectos,
desverdizado, tolerancias, etiquetado,
empaquetado, etc., y el tamaño del
fruto. Éste se define como el diámetro
máximo de su sección ecuatorial, y se
clasifica en una escala numérica de
calibres, por rangos, que establecen
el máximo y el mínimo dentro de
cada uno de ellos. La numeración
y su correspondencia con dichos
rangos es variable con las especies
y variedades, y el diámetro mínimo
exigible para su comercialización,
también. Así, pues, no se permite
comercializar pomelos de Ø < 70
mm, naranjas navel Ø < 52 mm, otras
naranjas Ø < 58 mm, limones Ø < 45
mm, Satsumas e híbridos Ø < 50 mm,
y clementinas Ø < 43 mm.
El mercado, por otra parte, se ha
encargado de establecer los calibres
más apreciados para cada variedad y,
en general, demanda aquellos que se
establecen en los rangos medios del
tamaño característico de cada una
de ellas. Los más grandes son menos
demandados porque los frutos suelen
ser más rugosos y menos jugosos, y
los más pequeños por su dificultad
de manejo y pelado. El problema en
este sentido lo suelen presentar las
mandarinas e híbridos, sobre todo
algunas variedades de mandarina
clementina, que, siendo muy
demandadas por su extraordinaria
calidad intrínseca, sobre todo sabor,
dulzor y facilidad de pelado, tienen
dificultad para alcanzar los calibres
exigidos por el consumidor. O lo que
es lo mismo, en estas variedades
los destríos para satisfacerlo son
elevados. Tal es el caso, por ejemplo,
de la Oronules y sus mutaciones,
Clemenules, Fortune, y en algunos
casos la Nova y la Satsuma Owari.
Algunas variedades de naranjo dulce,
como las navel tardías y la Valencia,
también sufren este problema,
aunque menos intensamente.
En estos casos, se hace necesario
mejorar el tamaño medio del fruto
hasta obtener la mayor cantidad
posible dentro de los calibres más
demandados y reducir, al mismo
tiempo, los destríos por este
concepto.