Crónica de bacteriosis anunciadas: aprendiendo sobre nuevas y viejas bacterias fitopatógenas
Author
López, María M.Date
2011Cita bibliográfica
López, M. M. (2011). Crónica de bacteriosis anunciadas: aprendiendo sobre nuevas y viejas bacterias fitopatógenas. Phytoma España, 233, 35-38.Abstract
Los estudios sobre bacterias fitopatógenas en España comenzaron muy tarde respecto a otros países europeos. Resulta necesario recordar
que el padre de las bacterias fitopatógenas Erwin F. Smith en su genial obra de 1920 “An introduction to bacterial diseases of plants”, tras exponer los conocimientos sobre las bacteria presentes en distintos países, indica sobre España y Portugal: “These countries are a terra incognita”. Esta carencia de información sobre las bacteriosis continuó hasta finales de la década de 1960, ya que fueron escasos los trabajos publicados aquí sobre estas enfermedades. Actualmente, la creciente importancia en España de nuevas bacteriosis que afectan a los principales cultivos, es esencialmente debida al mejor conocimiento que existe sobre las mismas, al mayor número de bacteriólogos y al comercio de semillas o de material vegetal de reproducción que traslada las bacterias fitopatógenas desde países en donde son endémicas, a zonas españolas en las que encuentran especies susceptibles, condiciones favorables y socios de la SEF dispuestos a estudiarlas. En el libro Patología Vegetal de Urquijo, Sardiña y Santaolalla, que fue durante muchos años el “libro de texto oficial”, se citan sólo las siguientes
enfermedades bacterianas, como presentes en España, en su edición de 1971: Agrobacterium tumefaciens, Erwinia carotovora, Pseudomonas
phaseolicola, Pseudomonas savastanoi, Streptomyces scabies, Xanthomonas campestris y Xanthomonas phaseoli. Ello demuestra que en el
período anterior a la constitución de la SEF, la información y la investigación sobre estas bacterias era muy reducida. Pero a pesar de ello, algunos futuros socios fundadores de la SEF ya habían producido muy brillantes resultados. Muchos ignoran que en 1962 Miguel Rubio-Huertos y Ramona (Monchi) Beltrá del Instituto Jaime Ferrán de Microbiología del CSIC, (hoy Centro de Investigaciones Biológicas), publicaron en Nature el trabajo: “Fixed pathogenic L forms of Agrobacterium tumefaciens”, seguido de otro en 1966, en la misma revista.